“Leones por corderos” (2007,Robert Redford)
"El problema no es la gente que inició esto.
El problema es de todos nosotros que no hacemos nada”
La
película narra tres historias que suceden simultáneamente en tres
escenarios diferentes.
En
la historia principal vemos a un profesor universitario intentando
convencer a un prometedor alumno para que reoriente su vida. El joven
representa la voz de una sociedad actual desganada y descreída,
hábil en la dialéctica pero poco comprometida con sus ideales.
Mientras,
una periodista harta de la manipulación mediática y política
tendrá que decidir si cubrir una noticia aun sospechando que es
falsa y sabiendo que si no lo hace perderá el empleo.
Y
por último, vemos a unos soldados norteamericanos preparándose para
una incursión militar en Afganistán.
A
medida que avanza la película comprobamos que, como en el “efecto
mariposa”, esas historias están íntimamente relacionadas.
El
eje de la película es el nivel de coherencia y compromiso personal
que establecemos con nuestros ideales: ¿A
partir de qué punto ser coherente con nuestros ideales es algo
admirable (la honestidad personal) absurdo o ridículo
(alistarse en el ejército) o incluso un acto de fanatismo?
“Si
Sócrates, Aristóteles o Platón no pudieron hacer nada...
¿Qué
espera que pueda hacer yo?”
"-¿Roma
esta en llamas. Y el problema no es quién lo empezó. Ellos ya se
fueron. El problema somos nosotros. Todos. Que no hacemos nada, que
tratamos de esquivar lo malo. Y hay gente allá afuera, en todo el
mundo, que luchan para que todo sea mejor. ¿Cree que es mejor
fracasar intentándolo, que intentar fracasar?
-¿Pero cuál es la diferencia si terminas en el mismo lugar?
-Por lo menos lo intentaste".
-¿Pero cuál es la diferencia si terminas en el mismo lugar?
-Por lo menos lo intentaste".
“Las
decisiones que tomes ahora sólo puedes cambiarlas con años y años
de esfuerzo puro y duro. Y durante ese período tú cambiarás. Todo
el mundo cambia con el paso del tiempo: te casas, te endeudas. Pero
no serás la misma persona que eres ahora. El empuje, el potencial
son caprichosos y es posible que desaparezcan. Lo que digo es que ya
eres un adulto y lo duro de ser adulto es que lo eres incluso antes
de darte cuenta, cuando ya has tomado algunas decisiones. Lo que
tienes que tener claro es que ya nadie te protegerá, eso se acabó.
Tú eres libre y las decisiones que tomes de ahora en adelante serán
sólo responsabilidad tuya.”
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